Descripción
El diario emocional del librero más conocido y seguido de Instagram
Seré feliz mañana tiene forma de diario, pero también es un delicado homenaje a las pequeñas cosas
@xpgigirey
«La felicidad dura un ratito», Laura Ferrero
Se cree que los diarios son algo muy íntimo que uno escribe para entenderse mejor, para desahogarse o quizá para capturar un reflejo del mundo que habitamos. Xacobe Pato lleva escribiendo sus diarios desde que tenía siete años. En el verano de 2018 decidió empezar a publicar algunos fragmentos en Instagram aun sin saber muy bien si habría alguien al otro lado. La respuesta de los lectores fue tan inesperada como extraordinaria.
Seré feliz mañana es ese diario o, al menos, tiene la forma de un diario, pero en realidad es un conjunto de destellos, un delicado homenaje a las pequeñas cosas. Una oda a la cotidianidad que entraña el íntimo deseo de retener lo que se marcha, la voluntad de encontrar la alegría, la ironía y la belleza en lo común. Es, en fin, un recordatorio de que la felicidad no hay que dejarla para otro día, que la felicidad es aquí y ahora.
«Escribir un diario tiene sus cosas. Hay personas que se enfadan si no las saco. Alguien pasa un rato conmigo durante la semana y el domingo viene al diario solo para ver si sale lo suyo. Y entonces me pide cuentas, como si fueran actores que yo hubiera contratado para un día de rodaje y al ver la película descubrieran que he suprimido su escena. Escribir un diario tiene algo de rodar, editar y montar tu propia vida y hasta los extras van de estrellitas.»
La crítica dice:
«Pato, como todos los buenos diaristas, hace buena la idea de Larra de «hermanar la aparente superficialidad de estilo con la profundidad filosófica, la exactitud con la gracia»», Miqui Otero, El Periódico.
«Pato es la prueba de que la palabra siempre se abre paso, de que allí donde hay cuento crece la hierba y muere el flash», Lorena G. Maldonado, El Español.
«Es muy lúcido, tiene un montón de registros: el irónico, el humor, la melancolía. Estamos ante un escritor con mayúsculas, podemos esperar mucho de él en el futuro», Edurne Portela, Cadena SER.
«Su fórmula incluye cierto humor existencialista en el que el optimismo prevalece sobre la derrota; la sensibilidad para saber reconocer y capturar la épica en lo pequeño; la manía de dar en el clavo usando pocas palabras. Llega hondo sin necesidad de provocaciones artificiales o giros grandilocuentes. Una de sus múltiples grandezas», Eva Blanco Medina, Vogue.
«Un libro estupendamente escrito, en el que lo cotidiano llega hasta nosotros con una energía alegre y liberadora. Un libro donde el humor y la ternura se dan la mano, en el que asistimos a esos instantes en los que extrañamente se atrapa la felicidad, como un animal huidizo y exótico, y que sin duda alguna nos da las pistas necesarias para entender que nos encontramos ante un autor que, aún en su juventud, tiene muchas cosas interesantes que contar», José Miguel Giráldez, El Correo Gallego.
«Una de las grandes virtudes de Seré feliz mañana es, precisamente, ese qué sé yo, esa reivindicación discreta de lo anodino, de lo real y de la duda, esa huida socarrona de la ley hecha piedra, esa mirada sencilla, sin plastificar, tan lejana de la impostura y de la pretensión. Y funciona, sobre todo, por su naturalidad y el sentido del humor, socarrón, sin aspavientos, no forzado, presente en buena parte de las entradas recogidas. Pato dice las cosas como si no tuvieran importancia. Las suelta y hala. Pero algunas calan, se adhieren al coco», Jesús Úbeda, Libertad Digital.
«Este dietario no incurre en el sentimentalismo. Habla, eso sí, de la felicidad como algo mínimo y fugaz, aunque de lo que habla en verdad es de literatura. Pato tiene algo que contar y lo cuenta bien», Karina Sáinz, Vozpópuli.
«Uno de esos libros que no querrías acabar porque te ponen una sonrisa tierna y afloran la sensibilidad de un autor que ha encontrado en el tú a tú con el lector el placer de la conversación», Sandra Faginas, La Voz de Galicia.
«Hay diarios en los que querrías quedarte a vivir, o al menos que nunca acaben. Los de Jules Renard toda una proeza, los de Julio Ramón Ribeyro, una maravilla, pero los de Xacobe Pato han sido todo un descubrimiento», Fnac.
«Y este podría ser uno de sus leitmotives: la convicción de que todo es reversible, porque depende exclusivamente de la mirada. La de Xacobe Pato es una mirada jocosa, que a veces roza el solipsismo, pero que siempre se reconduce hacia la curiosidad de las cosas que se nos podrían antojar efímeras, incluso triviales y que Pato, sin embargo, torna si no memorables seguro significativas. Ahí radica su fuerza. En ese conjunto de destellos», José de Monfort, The Objective.