Descripción
Este libro —que sigue a un primer manifiesto-investigación, Walkscapes. El andar como práctica estética (2002), y a una colección de artículos, Pasear, detenerse (2016)— es un relato autobiográfico de momentos y situaciones, a veces verdaderas epifanías, en los que se me revelaron algunas relaciones importantes entre el nomadismo, la arquitectura y la hospitalidad. Pero también es una propuesta para la refundación hospitalaria de nuestras ciudades, para construir sobre las ruinas de lo contemporáneo unos lugares concretos destinados a personas reales, lugares de paso y de encuentro para
gentes diversas, lugares de recreación y narración de cuentos, de intercambio
entre anfitriones y huéspedes, como en las hospederías y los caravasares de otras épocas.