Descripción
El Campo de Gibraltar, la comarca en la que se ubican Algeciras y La Línea, a catorce kilómetros de Marruecos, es una de las zonas más deprimidas de España y un polvorín social en el que el contrabando y el narcotráfico se nutren de la pobreza. Y en mitad de este paisaje que recientemente los clanes de la droga han hecho llegar a los medios de comunicación, se levanta el Peñón de Gibraltar como una anomalía histórica y, a la vez, una rueda imprescindible para mantener en movimiento el engranaje criminal que lo rodea. El próspero territorio británico de ultramar roza el pleno empleo, mientras inyecta a España toneladas de tabaco de contrabando y a través de sus bancos circulan enormes cantidades de dinero de procedencia dudosa. Un equilibrio complicado que hace conveniente no atraerla atención de los gobiernos de Londres ni de Madrid.