Descripción
Un delicado cuento para estimular el pensamiento crítico y el sentido comunitario desde la primera infancia.
Desde la cárcel, Antonio Gramsci escribió muchas cartas a su mujer. En una de ellas le comparte un cuento para que se lo lea a sus hijos: el de un ratón que se bebe la leche del desayuno de un niño. El ratón, queriendo deshacer su trasgresión, descubre una mayor y más terrible que la suya: la tierra y la montaña han sido devastados por los hombres.
Esta breve fábula muestra cómo lo más pequeño está conectado con lo más grande, y cómo son los pequeños quienes pueden impulsar grandes cambios en el mundo. Invita a reflexionar sobre nuestro lugar en la Tierra y en la Naturaleza en un momento más que necesario.