Descripción
Vuelve con una novela sobre el amor y la guerra el autor de La distancia que nos separa, ganadora del English PEN Award, finalista del Premio Médicis y de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa.
«Es aberrante el modo en que uno se acostumbra a coexistir con la degradación: la ves a diario, te parece normal, a veces incluso la justificas. La guerra hace que lo repugnante se vuelva adecuado, ¿hay algo más inhumano que eso?».
Un periodista peruano regresa a España dispuesto a rehacer su vida tras separarse de su mujer. Varias décadas antes, otro peruano, Matías Guirato Roeder, se encuentra en una situación similar: abandona su país para irse a Estados Unidos y experimenta los rigores de la migración y el horror de la Segunda Guerra Mundial. La experiencia civil y la aventura épica se complementan así en esta vibrante novela en cuya trama restallan los perturbadores efectos del amor, la locura, la política y la guerra.
Dotada de una prosa trepidante que traslada al lector al vértigo y la crudeza de un campo de batalla, El mundo que vimos arder constituye tanto un registro bélico impactante como una reflexión sobre la identidad y el desarraigo en un tiempo en el que todo parece estar a punto de estallar o desaparecer.
La crítica ha dicho…
Sobre La distancia que nos separa:
«Es un libro impresionante y haberlo escrito, además de talento, demuestra gran coraje».
Mario Vargas Llosa
«Es un libro extraordinario. A mí me ha entusiasmado, me ha encendido el corazón y me ha vuelto loco».
Manuel Vilas
«Una narración híbrida entre lo personal y lo público, entre lo ficcional y lo real; un relato valiente y sin miramientos, un texto catártico que, como muchos, aspira a descubrirla figura paterna para exorcizarla».
Ascensión Rivas, El Cultural
«Un libro tan inteligente y conmovedor que no deseará terminar nunca».
Libération
Un magnífico libro que no dejará indiferente a quien se adentre en sus páginas».
Marcos Giralt Torrente
Sobre Algún día te mostraré el desierto:
«Desde Karl Ove Knausgard en Un hombre enamorado nadie había hablado de la relación entre escritura (creación) y paternidad con la profundidad con que lo hace Cisneros en este diario repleto de miedos y de culpas, de raptos de egoísmo, de realidad, en el que el autor traza maravillosamentelos contornos menos amables de la experiencia paterna. Desde ya un imprescindible».
Adrián Cordellat, El País