Descripción
El día amaneció con dos soles. Uno, grande y hermoso, tiñó de naranja el horizonte. El otro, pequeño y delicado, asomó tímidamente entre las orejas de Huesos y empezó a girar a su alrededor. No me sorprendió. Al fin y al cabo, Huesos siempre fue un perro especial. Y espacial.