Descripción
Gracias a los mapas es posible aprender mucho: que la geografía es emocionante, divertida, fuerte, débil, falsa y mentirosa. Que su interpretación a menudo depende de quien la observa, y que un trazo bonito, un baño de oro, o unos contornos ilustrados pueden hacer que un lugar horrible parezca hermoso. Que un lápiz y una hoja son capaces de poner orden en el caos. Que sirven para llegar a un destino, y también para comprender el mundo, resaltando nuestra ignorancia, nuestra arrogancia y nuestros miedos, como cuando los exploradores dibujaban monstruos en pleno océano y caníbales en las tierras vírgenes.
Los mapas lo permiten todo, y es posible acceder a ellos como en una novela. Los exploradores solo tenían una brújula; desde entonces, las cosas han cambiado mucho, pero siguen siendo lo mejor para vivir una gran aventura.